Tú allá y yo acá, esqueletos de espera.
Pensándonos nos fuimos en una canción
por horas al sol en alfombra voladora.
Tú y yo, como los árboles en el hueso
que esperan el sol de un cielo tan lejano.
Buenas noches frío y triste invierno.
Los sueños desde el techo hasta el pecho.
Como locomotora va nuestro corazón.
En la luna se filman nuestros sueños
y en la almohada cada noche hay estreno.
Nos narran su angustia, las ramas.
Gritan por abrazos, nuestros brazos.
Pétalos verdes cubran al ábol.
Beso despliega tus grandes alas.
En la raíz de lo que antes era arboleda
residen fotos viejas de primaveras,
y la ilusión de amor en nuestras venas.
En el tallo, las ganas de vestirse de hojas.
Y en la piel salta el deseo de ver el rosal,
¡Qué deprisa nos embriague su aroma!
Vamos a cerrar los ojos con febrero
cruzar en complicidad hacia las multitudes
de flores que estaban escondidas.
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