Una crisis que nace dentro y se expresa fuera

Hay una crisis que nos rodea y nos ahoga que no entiende de las palabras, soldados derrotados que de la boca se derrumban. La resignación es nuestra insulina. Soltemos a los leones indignados atrapados en las venas y encerrados entre murallas de miedo. Siempre esperando el día y se desvanecen como Duarte, las ideas. Qué empiece la voluntad como los días a crecer.


Los pocos valores en algunas mentes protestan para que en el camino los siembren y como robles se yergan. Abigarrada democracia la de los partidos que nuestro país gobiernan. ¿De qué estamos hechos? Un cuarto de ideas y un cuarto de ganas ¿y qué de la otra mitad? Y unos ojos de espectador que deliran con tropas de elefantes que cambian lo que cada día hacemos reciclada historia. 


Somos muchas islas que dentro una isla caminan, pensando en un bienestar que mira hasta los zapatos y no en el futuro donde hay un camino que podemos construir. Y es que de nada vale cantar nuestras penas y bailar cada duelo.


Las excusas son como la ropa vieja que algún día tendremos que tirar. ¿De quién es la culpa? es el primer trapo más viejo y sucio. Y mientras el trabajo es castigo y la disposición apenas se pasea por las calles. Somos los diamantes que debemos pulir, el pensamiento y los valores la riqueza que en nosotros habita.