Segundos bisiestos para un viaje al cosmos buscando un espacio.
Con todos los pensamientos irme afuera del manto celeste.
Que me encuentre el amor una estancia entre verano y otoño.
Nos vemos en los espejos del mar y en el cielo del trébol.
Una temporada como extranjera en un lugar ignoto y lejano.
A ver si desde allá portean en tus parpados estas ganas feroces.
En aguaceros suaves sobre tu cuerpo florece tibio el deseo.
Segundos bisiestos para escribirte en hojas de bambú toda la ilusión.
Para hacerte salir de mis sueños, del reflejo, el silencio y mis ojos.
Tal vez sea cierto lo que queremos no lo tenemos, pensamiento.
Invítame a construir nuestro momento, el movimiento donde coincidimos.
Cuantas horas sin destino hasta que duermo abrazando tus sentidos.
En ventanas imagino que conspira un universo a que llegues tú a mí,
o que me tienda junto a ti con la mañana que comienza.
Segundos bisiestos llevo guardando en mí para nuestro encuentro.
No me quise ir y cuando volví, igual no estabas, pensaba que volabas.
Tal vez amor se lea entre las alas de mariposas del jardín alrededor.
A lo lejos ruidos de cataratas y yo perdí ante un enjambre de besos.
Tus labios sabor miel acampando en la ansiedad de mi corazón.
Vamos ya ternura, que mis intenciones floren en sus gestos.
Que mis palabras se hagan tacto y margen el litoral de su cuerpo.
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