Nadando escribí un verso bajo cada roca. En la ruta voy cruzando mar, camino y carretera que me regalen pistas sobre tu escondite. Esta noche muy pocas gotas, otra vez la tierra se secó, el viento cayó en coma y los suspiros intermitentes se pasean.
El tiempo siempre avanzando y se consume al mañana sobre techos de papel. En una ventana el aliento de vencida pintó viejos anhelos. En picada me atrapa la lóbrega noche en todo su silencio, como anzuelo una estrella usa la luna para mi rescate. A veces el deseo camina como el cangrejo, sueños van sobre tortugas y los suspiros intermitentes se pasean.
Persiguiendo yo tus labios como madrugada que corre detrás el alba. Nubes ayúdenme a reinventar la gravedad. Sigo yo su nombre que se pierde entre ola y sombra. Rueda y rueda su voz en un horizonte de menta y rosa. Se avecina un sol feroz, me despierta, mi paciencia aún no se agota. Aunque en mis muros los suspiros intermitentes se pasean.
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