Juguemos a ser niños un día

Bajo la parada veraniega de nubes grises mirando a través de grandes cristales veo las calles solitarias y en instantes se convierte en espacio perfecto para recrear sábados pasados. Ya me parece que saboreo la albahaca, la mozarella y que escucho las risas. Ya me parece que es cierto los colores están en la cabeza y no es las cosas, esta nublado afuera pero si quieres te quedas las gafas.

Pueden suceder cosas increíblemente buenas, incluso después de mucho tiempo, dejemos de soñar en casa, dejemos de soñar tras cristales enormes e intentemos conseguir nuestros sueños allí fuera.

No esperemos sentados a que el mundo cambie para nosotros, no nos hagamos los locos ni los tontos y olvidemos el ay! mejor mañana, no seamos parte de esta reacción ambiental de pasarla mal, aun en días grises no veamos todo nublado. Luchemos por no perder el entusiasmo infantil y todo saldrá como desees. Y llega a mi memoria la siguiente frase que probablemente escuche en alguna película: " -“Cuando era niña, me pasaba horas buscando mariquitas, pero un día me rendí y me quedé dormida en la hierba, al despertarme las tenía por todo el cuerpo”. A lo que agrego siempre abiertos a otras posibilidades, en muchas direcciones aun cuando todo parece perdido.

Olvidemos los peros y de moderar los pensamientos un día. Dejenme perder la cuenta y hasta la coherencia, salir corriendo bajo el agua cuando nadie me persigue, dejenme prender un fósforo y apagarlo con los dedos. Olvidemonos de los demás un rato... de que quizás hemos perdido la cordura, quien sabe si los cuerdos estén locos y los locos cuerdos.