Es increíble lo que los pequeños detalles pueden hacer en nuestras vidas y lo cuento por mis experiencias. Desde hace algún tiempo sentí que el tiempo se detuvo y mi mente fue sacudida. Llega un momento en que una canción que has escuchado te toca, porque le prestas atención y descubres un interesante mensaje en ella, una vieja curiosidad es saciada, en que una parte de tus principios queda sin piso y que por la grandeza de una esperanza se puede medir una decepción. En que formas parte de un guión de una película, te identificas con personas que siempre han estado allí pero no has notado, en que cosas que jamás soñaste o imaginaste pasan o eres parte protagonista de la historia, ríes, lloras, gritas y al final no sabes el porqué, como y cuando de ese pequeño detalle, ese pequeño instante que muchas veces oportunamente le dio un giro a tu vida.
Hay momentos de sacudidas, tristezas, alegrías, decepciones y mil emociones más. Lo único invariable es que todos tenemos fecha de vencimiento y que la vida una eterna transición. La vida está llena de porqués, cómos y cuándos. El tiempo pasa por nosotros y no viceversa, como las olas sobre nuestra piel, no hay manera de entrar al mar sin que te salpique: nos toca. Días soleados, lluviosos, azules, grises, achinados, extraños, parciales, de nubes sobre nuestras cabezas y siempre nos preguntaremos porque.
Al final el deseo siempre es el mismo sentirnos libres, ser felices. Quizá un día encontremos nuestro camino, quizás ya estamos en él. Hay momentos en los que se tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido destino, que el barco ha zarpado, que solo un iluso seguiría insistiendo. La gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.
Maybe tomorrow your find your way...just maybe...pero lo único que se tiene es el presente para vivirlo, un pasado que nos enseña y maltrata de vez en cuando.
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