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| Fuente: Google |
La noche llego sin dudar. La noche se agota de verme, llevando mis sueños a pleamar. Luna pura y transparente deja la lluvia caer. Y en ese viento viajero dibuja el camino un instante antes de levantar vuelo. Llegaron los pétalos a tabicar la mirada y los álamos bajo la soledad se estrechan. Un instante antes deja la huella de ti en mi mirada.
Ya voy flotando y caminando por el fondo del mar y en el vaivén de la brisa algo cruje muy adentro. Ven baila el bossanova y traeme reflejos de estrellas fugaces. Ven no hará falta más nada. Ven que al andar tus avenidas me olvido de la prisa. En cada rincón dejare yo mis huellas para poder regresar.
Ven y se detienen relojes de arena; que en suma y resta seremos uno. Multiplicaremos latidos al ritmo de los gemidos. Que si quieres navegaré hasta perderme y provocaré un tsunami, que ni el magnetismo de la brújula me mostrara la salida de toda la travesía.
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